“Trata a un ser humano tal y como es, y seguirá siendo lo que es. Trata a un ser humano como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser” Johann Wolfgang von Goethe.

Inicialmente, es posible que más de uno ha pensado que cuando hablo de sierra, lo hago usando la acepción de la zona específica de Guadalajara, definida como tal. Pero no, aquí cuando hablo de sierra, me refiero a la herramienta del carpintero.

Para ser más concreto a la anécdota aquella, del que estaba todo el rato cortando tablones y cada vez tardaba más y más. Nunca paraba, ni siquiera un momento para afilar su sierra. Agachaba la cabeza y sin pensar en nada, cortaba y cortaba, creyendo que así le cundiría más.

En el caso que nos ocupa, hablo de esa herramienta y de ese necesario “Stop and Go” en lo referido a la formación. Formación, curiosa palabra, que mucha gente usa y que realmente, luego no se aplica el cuento.

Afilar la Sierra

Afilar la Sierra

Me explico, conozco a infinidad de gente que por ejemplo no domina una segunda lengua (normalmente el inglés) y se queja por ello. Normalmente suelen decir aquello de “me gustaría hablar inglés”, “me haría falta hablarlo”, “me vendría tan bien para mi trabajo”, “en mi curriculum sería un gran avance”.  Sin embargo, esa misma gente, se apunta a un curso y en apenas dos o tres meses lo deja.

Y es que en ocasiones es complicado afilar la sierra. En ocasiones realmente cuesta mucho, llegar una noche a casa, después de trabajar o después de estar buscando trabajado todo el día (cortando tablones, al fin y al cabo) y parar a ponerse a afilar la sierra (hacer ese cuso, bien on-line, bien presencial, para aprender inglés, o para acabar las dos asignaturas que quedaron por hacer de la carrera universitaria).

En ese momento y ante esa dificultad, es cuando debemos crecernos, debemos pararnos y debemos lanzarnos con más ganas que nunca. No debemos tener piedad de nosotros mismos, puesto que somos capaces de hacerlo y sería muy triste que pasarán los años y siguiéramos con la sierra sin afilar. La receta es clara: esfuerzo y superación.

Por mi parte, voy a intentar esforzarme al máximo este verano y voy a intentar afilar bien la sierra. Una vez afilada, volveré contigo la semana después de ferias, con más ganas que nunca de continuar con estas “Crónicas de un Padawan”.

Mientras tanto, que un poco de fresquito y la fuerza te acompañe.

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