Es bastante habitual que cualquiera que monte una empresa, sin unas nociones básicas de contabilidad, tenga problemas a la hora de distinguir entre un gasto y una inversión.

Trataremos de ver las diferencias entre ambos, puesto que es fundamente que cuando una empresa realiza un desembolso por la adquisición de un bien o servicio, identifique si se trata de una inversión o de un gasto. Esta distinción es fundamental para llevar un correcto control de las cuentas y cumplir correctamente con sus obligaciones contables y fiscales.

Una de las pautas, para distinguir entre gastos e inversión, es que consideraremos una inversión, cuando el bien o servicio adquirido se incorpore al patrimonio de la empresa y sirva para obtener beneficios o rendimientos económicos en más de un ejercicio.

Así mismo y en sentido contrario, el bien o servicio adquirido será un gasto corriente cuando no tenga esta proyección económica de más de un año, y se incorpore al proceso productivo en un solo ejercicio o periodo anual.

Como excepción podríamos destacar, aquellos bienes o servicios qué, teniendo ese carácter plurianual, realmente los computemos como gasto y no como inversión dado su escaso valor.

Gasto o Inversión

Gasto o Inversión

Fray Ejemplo.-

Compramos un paquete de 10 bolígrafos azules “Bic cristal” por 2 Euros. Todos sabemos que los bolígrafos azules “Bic cristal”, son eternos y excepto que alguien se haga el distraído y se lo lleve a casa, durarán varios años. Pues bien, dado que el valor de la adquisición es muy pequeño (2 Euros), lo imputaremos en su totalidad como gasto del ejercicio, pese a que sigamos con nuestros bolígrafos, trascurridos dos o tres años, desde su adquisición.

Forma de Contabilizarlo.-

A efectos de determinar el resultado económico de la actividad, el gasto se reduce directamente de los ingresos, mientras que los bienes y servicios contabilizados como inversión, también permiten reducir los ingresos del ejercicio, pero a través de la amortización o de su deterioro.

Así cuando la utilización de estos activos supone un desgaste, una parte del valor de éstos también puede utilizarse como gasto. Es lo que se denomina amortización.

Fray Ejemplo.-

Si un activo tiene una vida útil de diez años, puede incorporarse cada año como gasto, en concepto de amortización, una décima parte de su valor.
Si el activo no se deteriora con el uso, no puede amortizarse. Sería el caso de los terrenos, o de la compra de una obra de arte por parte de la empresa.
No obstante, si por circunstancias excepcionales el valor de mercado de estos activos se reduce, la empresa también podrá computar esta pérdida de valor en el ejercicio en que se produzca, contabilizando una pérdida por deterioro.

Y para terminar recurriremos a nuestro Fray Ejemplo, para terminar con la distinción, puesto todos, como Sevilla, tienen algo especial.

Fray Ejemplo 1 Inversión, pero Atención a la Amortización.-

Una empresa ha adquirido un local por valor de 200.000 euros. Según el recibo del IBI, el suelo está valorado en un 30% del valor total de la finca.
En este caso, los 200.000 euros deberán contabilizarse como inversión, pero sólo se podrán amortizar 140.000 euros. Los 60.000 euros restantes (el 30% de la inversión) corresponden al valor del terreno, que no se deprecia por el uso o por el paso del tiempo y, por lo tanto, no es amortizable.

Fray Ejemplo 2 Inversión.-

La empresa va a explotar un negocio como franquiciada y debe pagar un canon de entrada a la empresa franquiciadora.
Este pago debe contabilizarse como una inversión (un inmovilizado intangible) y amortizarse en el plazo de concesión de la franquicia.

 

Fray Ejemplo 3 Gasto.-

La empresa ha incurrido en gastos de personal, seguros, suministros de agua, gas y electricidad, etc.
Estos desembolsos deben contabilizarse como gasto del ejercicio.

 

Fray Ejemplo 4 Gasto.-

La empresa franquiciada, además del canon de entrada, paga cada año a la franquiciadora un canon adicional, calculado según diferentes variables (volumen de ventas, beneficios, etc.)
Este pago es un gasto del ejercicio.