Blog de Pedro Toledo

Tiempo de verano, tiempo de reflexión, en ocasiones de lecturas atrasadas, en otras de hacer más deporte de lo normal, de descubrir nuevos parajes y otear nuevos horizontes, que nunca alcanzaremos. No hemos de olvidar, que nunca alcanzamos el horizonte, puesto que cuando llegamos a lo que fue nuestro horizonte, uno nuevo se ha desplegado ante nosotros.

Como decía antes, es tiempo en general de cargar baterías, para volver a la actividad que se convierte en una vorágine que nos engulle como si no hubiera un mañana.

A mí me gusta aprovechar estos momentos para descubrir diferentes pensamientos, que luego pueda aplicar en el día a día de mi empresa o de mis clientes.

Así el otro día estaba sumido en una lectura sobre algo en lo que, si me has leído, verás que suelo insistir hasta la saciedad: pensar de forma de diferente.

Dan Dennis en unplash

Dan Dennis en unplash

Ya lo dijo Henry Ford:

  • Si yo no hubiera pensado de forma diferente y hubiera hecho lo que quería la gente, en lugar de fabricar coches, hubiera hecho caballos que fueran más rápido y resistentes.

Quien sabe si el padre de la cadena de producción se refería sin saberlo a la ingeniería genética, fuera como fuese, la cuestión es que ese pensamiento diferente, le hizo crear algo que revolucionó el mundo.

Lo que me trae a la memoria, a aquel preso al que no le dieron más opción de defensa que elegir entre dos papeles. Supuestamente en uno ponía inocente y otro culpable. Pero de todo el mundo era sabido que, si no sobornabas al juez, este ponía en ambos papeles culpaba, así que daba igual lo que eligieras, siempre salía culpable y por tanto el reo siempre terminaba en la horca.

Cuando llegó el momento de la elección, el prisionero tomó uno diciendo que era el que había elegido. Pero en lugar de abrirlo y leerlo, se lo comió.

  • Es fácil saber cuál es el que he elegido, si abrimos el que queda, veremos que el mío es el contrario.

Y como es evidente, no tuvieron más remedio que soltarle, puesto que había pensando de forma diferente.

Que la fuerza te acompañe.