Y pasó este glorioso fin de semana, con final de Champions y Elecciones Europeas. En el momento de escribir este artículo, 23 de mayo por la mañana, no sabemos lo que ocurrirá.
No obstante, me aventuraré a decir, que espero que se haya alcanzado la Décima, aunque hasta el rabo todo es Atlético, dicho sea sin ningún ánimo peyorativo y con el mayor respeto. Con respecto a las Europeas, estoy absolutamente convencido, que el resultado, más allá de los políticos, se la habrá traído al fresco a todo el mundo (con perdón de la expresión).
No obstante, me pondré en el papel de la “Bruja Lola” y haré política ficción. Creo que la participación, con suerte (igual es menor) habrá estado más cercana del 35 que del 40 %. Lo cual no habrá impedido, discursos con gran boato y grandilocuencia. En los que todos, en mayor o menos medida, nos dirán que han ganado las elecciones.
Hemos de suponer, que los de azul, habrán conseguido el mayor número de votos con tres o cuatro puntos de ventaja sobre los de rojo. Con lo que nos dirán, algo así como “que se ha demostrado, que los españoles hemos visto, que su forma de gobernar, además de la única posible, nos está haciendo salir poco a poco de la crisis en la que nos metieron los de la rosa”.
Por su parte, éstos nos dirán que “han frenado la caída y han puesto al descubierto las carencias de una forma de gobernar, basada en los recortes, forma que tendrá su fin en las elecciones del año que viene, que convendría anticipar, ahora que los españoles se han dado cuenta de la catadura moral de quienes nos gobiernan”.
Y luego estarán el resto de partidos, eufóricos y ufanos, puesto que dado el sistema de única circunscripción electoral, habrán conseguido rebañar un buen número de eurodiputados, con lo que nos venderá el fin del bipartidismo. Hay quien dice, que estos partidos siguen el sistema del globo, se llenan de aire, pero no tienen nudo, con lo que primero engordan y luego según van soltando el aire, van dando bandazos, hasta que terminan por caer inertes.
Pero también están los grandes perdedores de estas elecciones: todos nosotros. Los ciudadanos de a pie, que miraremos con mala uva, envidia y admiración como con tan poco han ganado tanto. Puesto que cada Eurodiputado, va a obtener un salario de 8.020 euros al mes, al que hemos de sumar 300 euros diarios de dietas, si ha leído bien, diarios. El salario sujeto a tributación, pero con el descaro de hacerlo allende nuestras fronteras al 22 % y las dietas exentas. Parece ser que la Agencia Tributaria, quiere poner coto a tales desmanes, ya veremos si le dejan o no y cuantas cabezas ruedan.
Aunque es posible, que mis vaticinios hayan sido erróneos y la cabeza que ruede sea la mía por ejercer mal mi papel de ”Rappel de pueblo”.
Que la fuerza os acompañe.