Alguien dijo que hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas.
Esto, que igual no es ni bueno ni malo, se convierte en perverso cuando esas «semanas intensas» vienen seguidas o al menos muy juntas.
En ese momento, ni rana dentro de un recipiente calentándose «ni niño muerto» ni «ná de ná», te estresas y punto.
No sabes por donde te van a venir las HOSTIAS, con perdón, pero sabes que pueden ser tan grandes que las tenía que poner con mayúscula y negrita.
Y empiezas a pensar:
– Huelga de transporte, la luz y «la gasofa» por los cielos, hablan de séptima ola, llueve y encima el Barça nos metió CUATRO GOLES CUATRO, y en el Bernabeu ufff que dolor.
Y sigues con:
– ¿A ver como negocio yo en la reunión de proveedores o con ese cliente rebelde que paga con retraso y que encima me regatea hasta el último céntimo?
Pues esto es como lo comerse un elefante: POCO A POCO Y A BOCADOS
Semanas
Pasa del síndrome del impostor, mira tu empresa, mira tu producto, mira tu servicio, mira el porqué te compran y el porqué compran a otros, mira el porqué compras a este proveedor y porqué no compras a otros y:
– Vista, suerte y al toro *
Mientras vamos a por otra semana en la que igual también pasa una década.
Que la fuerza te acompañe.
PD: * Algún día te contaré el origen de esta frase.
PPD: Te daré una pista tiene que ver más con la aviación que con el toreo.