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Y volver volver, volver
Quiero volver, volver, volver

Y como no podía ser de otra forma, llegó la hora de volver. De tal modo, que da igual que hayas pasado este extraño verano que no paró de rebrotar, en el pueblo, en la playa o trabajando, llegó septiembre y con él la hora de volver.

Es posible que, aunque “te mueras por volver”, esta vuelta mucho más complicada que nunca te de vértigo, no me extraña es normal, a todos nos pasa. Hay muchas incertidumbres que rondan nuestras cabezas:

¿Habrá nuevos confinamientos?

¿Habrá cambios de fase?

¿Venderé algo?

¿Cómo afectará eso a mi empresa o a mi trabajo?

¿Seguirán los ERTEs COVID más allá del 30 de septiembre?

¿Sacarán alguna ayuda o subvención nueva?

¿Cómo quedará la ley del teletrabajo?

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¿Habrá vuelta al cole de verdad o será un simulacro?

¿Cómo reaccionará el virus con la llegada del frío?

¿Qué pasará con mi empresa si me contagio o lo hacen mis trabajadores?

¿Cómo puedo evitar colapsos en mi empresa en caso de contagio?

¿Cuándo estará operativa la dichosa vacuna y cuando estaremos todos vacunados?

¿Tendrá mi empresa liquidez hasta entonces?

¿Sobrevivirá mi empresa a los ICOs?

¿Qué pasa si tengo que despedir a uno, dos o tres trabajadores?

¿Y si esos trabajadores estaban en un ERTE?

¿Sería interesante para mi empresa el valorar un concurso de acreedores?

Estoy seguro qué, estas y otras muchas preguntas, tanto en tu ámbito particular como en el de tu empresa, te las habrás repetido una y otra vez cada vez que pensabas en esta vuelta.

Pues bien, admite un consejo, coge una hoja en blanco, anota esas preguntas y contesta con las dos respuestas que consideras más factibles y cómo reaccionaría tanto tu empresa como tú mismo ante ellas.

Una vez lo hayas hecho, trata de anticiparte a las respuestas y mira si necesitas ayuda en la resolución de algún punto para buscarla de inmediato. Así mismo de una manera ágil, ve cambiándolas y adaptándolas a la realidad que sin duda será cambiante.

Verás que una vez que lo hayas hecho, habrás definido un plan para la vuelta. Puede que sea complicado e incluso doloroso, pero siempre será mejor que meter la cabeza debajo del ala, negando la realidad y dando una patada a la lata, esperando que otros vengan a resolver los problemas de tu empresa.

Que la fuerza te acompañe.