Hay algún político, que en lugar de estar calladito (estado natural en el que el político es menos dañino), le da por hablar. Acude a algún acto, “rodeado de protocolo, comitiva y seguridad y viaja de incógnito en coches blindados, a sembrar calumnias y a mentir con naturalidad» y entonces alguien, con buena o con mal intención, le planta un micrófono delante. El político mira al micrófono y el micrófono mira al político, se citan en los medios y el político, como tal, se viene arriba en banderillas y habla sin parar.
Él, el político, no sabe si mata o hiere (todos sabemos que la mayoría tienen el conocimiento justo para pasar la tarde) pero escupe lo que se le viene por la cabeza. Así, sin ningún pudor, sin ninguna vergüenza, son capaces de decir que “no se han quitado las urgencias con carácter general» y que los vecinos de los municipios donde se han suprimido dispondrán de este servicio “a una distancia de 15 MINUTOS».
El ciudadano de a pie, sí, es el que le paga los múltiples sueldos que cobran estos políticos o política en este caso, y el de todo su séquito, secretarios, asesores, guardaespaldas, chóferes, chupatintas, lameculos y meapilas. Ese mismo ciudadano es el que le permite a esta señora llegar en coche oficial desde Madrid a Toledo (los días que llega). Y ese mismo ciudadano, en ocasiones, le da por pensar, sí, ya sé que pocas, porque si no, no tendríamos políticos de esta condición o no hubiéramos estado gobernados por ZP. Pero, cuando piensa, le surgen algunas preguntas:
-¿Esta señora es tan rápida para todo?, esto es ¿ella recorre 50 kilómetros, por las carreteras secundarias de Guadalajara en 15 minutos? ¿Cuándo va al Dakar? Con poco lo hace mejor que Carlos Sainz.
-¿Esta señora va a acudir compungida y con la mantilla negra que usa para el Corpus al primer entierro de alguien que fallezca por llegar 10 minutos tarde? Si no hubieran quitado esos servicios de urgencia, le habrían atendido en tiempo y forma y por tanto, le hubieran sobrado 5 minutos. 5 MINUTOS PARA SEGUIR VIVIENDO.
-¿Qué le va a decir a sus familiares? ¿Será capaz de aguantarles la mirada?
-¿Van a mandar a la Guardia Civil a intervenir y “dirigir» esos entierros? Como los mandaron el otro día a intimidar a la pobre gente de Hiendelaencina.
-¿Cuántos servicios de urgencias se pueden mantener abiertos al año sólo con lo que cobra todavía José Bono de esta Comunidad o lo con lo que nos cuesta la “telebasura» regional?
-¿Tenemos que estar agradecidos, porque dice que “no se han quitado las urgencias con carácter general”? Esto es, ¿falta un “todavía» en esa frase?
-En muchos pueblos ¿volverá el sistema de “igualas», para que los médicos nos atiendan en su domicilio?
Y llegados a este punto, el ciudadano de a pie, usted, yo, mi vecina del quinto, estaremos descompuestos. Y para superar la descomposición y sus efectos, nos tomaremos una tila y así no pensaremos. Puesto que si pensamos, nos daremos cuenta que en sus 15 minutos, esta señora, en lugar de cubrirse de gloria lo ha hecho de otra cosa para la que viene bien la tila… y el Scotex. Que la fuerza os acompañe.