Y en estas llegó Diciembre. Y con Diciembre llegó el frío. Y con el frío llegará el invierno. Y con el invierno llegará el nuevo Gobierno. No, no sabemos que nos deparará, todo son especulaciones, todo son hipótesis y quinielas de ministrables. Lo que si sabemos, es que urge que tome medidas, que llegue a los mayores acuerdos posibles. Con sindicatos, con la patronal, con el resto de partidos, hasta con las asociaciones de mi pueblo, si hace falta. Lo que menos necesitamos ahora, es un invierno cargado de movilizaciones y protestas.

Todos sabemos que se han hecho cosas mal. Algunas se siguen haciendo. Basta con ver el  acuerdo del último Consejo de Ministros, donde se acuerda indultar  a Alfredo Sáez, después incluso de que el Supremo, endureciera la pena impuesta por la Audiencia Nacional de Barcelona, condenándole a 8 meses de prisión, multa e inhabilitación especial para cualquier empleo relacionado con la banca. Sus delitos, acusación falsa y estafa procesal.

Pues bien, en un ejercicio de demostración palpable de la igualdad de todos los españoles ante la Ley (siempre dentro del ámbito de las más absoluta legalidad, pero también de las más absoluta inmoralidad), el susodicho banquero, ha sido indultado, (por un gobierno que se dice de izquierdas). Otros ni siquiera han sido imputados, siendo todos ellos parte de los responsables de este desaguisado, que todos hemos de pagar.

Todos, menos ellos evidentemente. Ellos que están en sus casitas (me apostaría un caramelo Sacy a que no son precisamente pisos de 30 m2, con muebles del Ikea), con indemnizaciones millonarias. En el colmo de la desfachatez, alguno dimite de la presidencia de un Banco intervenido (al que le hemos puesto todos los españoles 3.000 millones de euros, echen cuentas de las pensiones o de los profesores que se pueden pagan con ese pastizal),  pero sigue siendo presidente de Bancaja.

El “tal Olivas”, eso sí, ha manifestado que su cargo no era ejecutivo. O sea que estaba de “hombre florero” en el Banco de Valencia.  No he querido investigar lo que cobraba el mencionado personaje, por poner su porte, su tipito y su presencia a la Presidencia de la entidad levantina. De lo que estoy seguro, es que si hiciéramos una encuesta, entre todos los españoles y españolas, los primeros elegirían para tal cargo a Elsa Pataky y las segundas a Jesús Vázquez o Gerard Piqué. Porque, si se trata de lucir palmito, al menos que la vista se alegre.

Rememoramos ahora las palabras escuchadas hace apenas dos años, en el que se manifestaba que “el sistema financiero español era la envidia de todo el mundo”. También rememoramos al Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para el que propondría hacer una colecta nacional, con el afán de comprarle un braguero, puesto que tiene que estar herniado de su intensísimo trabajo al frente de dicha entidad, mirando para otro lado, cuando todo el mundo hacía lo que le daba la realísima gana. Como vemos, extensa y amplia fue la cantera de banqueros que dejaron Mario Conde y Mariano Rubio.

Por cierto, sonada fue la intervención de Juan Pedro Hernández Moltó en el Congreso, después de la dimisión de Mariano Rubio, cuando le decía “Señor Rubio, míreme a la cara, me recuerda ¿no?”, continuando con aquello de la hombría de bien y la responsabilidad. Ahora todos los españolitos, y los castellano-manchegos en particular, le deberíamos recordar al tal “Juan Pedro”, (visto como dejó la CCM), esas palabras, para que las enmarque y las ponga enfrente del salón de su casita ¿de 30M2 con muebles del Ikea? Que la fuerza os acompañe.   

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