Luego vendrán, en distintos órdenes: la tele, el móvil, el pito del coche, la vecina del quinto voceando a su niño que llega tarde al cole, la ambulancia de rigor, el megáfono de la “mani” de turno y quizá con suerte los jadeos (aparecen más en nuestra imaginación que en la vida real).
Por eso es tan importante hacer de vez en cuando una parada (un “Kit-kat” para los pijos), encerrarse en silencio, aguantar el sueño y dejar la mente vagar. Ocurren cosas maravillosas.
Uno se imagina que vive en un país que construye el doble de viviendas que Francia y Alemania juntas.
Un país que absorbe inmigrantes a “tutiplén” puesto que hay trabajo para todo el mundo.
Un país donde sobra el dinero y lo mismo se aprueba una paga de 400 euros para todo el que haga la Renta, que 2.500 euros para quien tenga un niño, que 200 euros para el que ponga un ADSL en su casa.
Un país donde la familia real es ejemplo de prudencia, rectitud y buen hacer y con insignes y honrados dirigentes.
Un país que celebra dos Campeonatos de Fórmula 1 al año, tres de Motociclismo, la America’s Cup y además no le importa presentarse candidato a cuantas Olimpiadas haya o vaya a haber.
Un país con autopistas, aeropuertos y estaciones del AVE por todos lados y casi sin estrenar.
Un país con unos deportistas ejemplares y que nunca han tenido ningún problema con el dopaje.
Un país con una Educación y una Sanidad a la altura de las mejores del mundo.
Un país con un sistema financiero, fuerte, solvente y saneado.
De repente, abres los ojos. Terminas la meditación y te das cuenta de que te has dormido. Que ese país, no existe, que tampoco ha existido nunca. Solo ha sido un espejismo, una paramnesia invertida. Crees que lo has vivido, pero es mentira. Oyes de fondo el móvil (tu primo le han despedido), suena la tele, la ambulancia de rigor, el megáfono de la “mani” de turno.
Y entonces te preparas un café, para esperar con ansiedad y temor el dato del paro de febrero, los acuerdos de la reunión de recortes de todos los viernes (perdón los acuerdos del Consejo de Ministros), la nueva fusión de cajas, las últimas noticias sobre la Gurtel, el Urdangarín o incluso otra “sin vergonzada” de Contador. En ese momento piensas, que la meditación es un método que sirve para entrenar la mente, para hacerla gozar y para trasportarla a mundos que quizá nunca existieron, que la fuerza os acompañe.