“Se exige mucha fuerza para salir del rebaño y ser fiel a tu auténtica naturaleza. Pero en eso consiste la libertad y el liderazgo, en abandonar la multitud y ser fiel a tu verdadero yo. Corre tu propia carrera y vive tu propia verdad”.
Este párrafo, sacado de un libro de Robin Sharma, bien podrían ponérselo los gobiernos en sus despachos, en un lugar bien visible, para que a base de leerlo uno y otro día, se les fuera clavando a fuego y procedieran a aplicárselo. Y cuando hablo de gobiernos lo hago en plural, puesto que igual me da éste, que el anterior y me temo que para nuestra desgracia, que el que venga, que como siga esto así no tardará.

Comenzamos el año, con una cifra indecente de desempleados, con un déficit público brutal, pero con la esperanza de una reformas que nos iban a llevar por el “merkeliano” camino hacia una recuperación. Recuperación que, como todas las que se han de hacer después de una indigestión, consistían en una dieta de adelgazamiento.
Pero mira por donde, nos hemos dedicado a aplicar sangrías al enfermo y el enfermo, lejos de mejorar cada día empeora más:

Se ha aumentado la cifra de parados en 400.000 (CUATROCIENTAS MIL PESRSONAS) en lo que va de año.
La calificación de la deuda española, bajó primero dos escalones (de AA- a A) y ahora vuelve a bajar otros dos, quedándonos en BBB+. Esto es a solo tres escalones del Bono Basura.

Se aprobó una reforma financiera anunciándonos que se iban a sanear las entidades financieras, sin que costara un céntimo de los fondos públicos y a la hora de la verdad hay entidades que no son capaces ni de aplicarla, ni de fusionarse, ni de “mediosanearse”, porque por usar un símil, están como esos perros callejeros, que llevan meses comiendo una vez a la semana, en un día de lluvia, llenos de pulgas que tratan de protegerse del frío y encima medio sarnosos.

Los jubilados van a tener que pagar por las medicinas, algunos 8 euros otros 18 y otros nada, porque directamente no irán a la farmacia a por ellas, porque en su filosofía de vida, cuando llegan tiempos como los actuales, está el no gastar nada de nada. Y las escuelas públicas, serán muy similares a las de mi época, en la que recuerdo clases de 38 y 40 alumnos, allá en mi Sacedón del alma.

Y sin embargo, seguimos en el redil, no somos capaces de salir del rebaño. Nuestros dirigentes, no son capaces de pegar un puñetazo encima de la mesa y decirle al eje franco alemán, que hemos hecho las cosas mal, que estamos de acuerdo, pero que ellos nos ayudaron a hacerlo. Que si nosotros hacíamos casas, era con su dinero, con el que sus entidades nos metían por los ojos a nosotros o a nuestros bancos o cajas.

Y en resumen que esto, no se puede arreglar a base de aceite de ricino y amnistía fiscal.  Que aquí hace falta una estrategia para saber cuál es el tipo de país que queremos. Que necesitaremos al menos diez años, para regular ese déficit tan exagerado. Que necesitaremos al menos 100.000 millones de euros para que nuestros bancos no quiebren.

Y para terminar, que necesitaremos un gran esfuerzo para contenernos en el redil, como pueblo, puesto que vemos que mientras esto pasa, los responsables políticos o financieros, están instalados en sus mundos, cobrando sueldos estratosféricos (Bankia por ejemplo), luchando y reluchando por poltronas (Asturias por ejemplo), o apropiándose de lo de todos (Matas o Eres andaluces, por ejemplo). Que la fuerza os acompañe.