Creo que ya te he contado que hago triatlón.
Aunque más bien dado mi bajo nivel debería decir que imito a triatletas.
Y dentro de esa imitación todos los martes y jueves en las pistas de atletismo, tocan series corriendo.
En las mismas alguno se cree que está en Netflix y más concretamente en The Walking Dead.
Esto es, hay que llevar un ritmo, pero sin saber y el como ni el porqué, donde dice que debes ir a 4 minutos 5 segundos el kilómetro, él lee a 3 minutos 45 segundos y ríete tu de las fallas.
Lo reconozco, levanto la mano alguna vez me ha pasado alguna vez.
Sin embargo, tenemos un compañero especial cariño, porque es una excelente persona, que no es que le pase de vez en cuando, si no un día si y otro también.
De hecho ya hay apuestas, con «cerves» de por medio, para intentar adivinar «en que vuelta explota».
Y esto que puede parecer una excepción, se ve mucho más de lo que crees, es nuestro día a día en el mundo de la empresa:
Confiar una y otra vez, en el mismo proveedor que nos sirve tarde y mal.
Foto Triatlón Pálmaces
Confiar una y otra vez, en el mismo cliente, que exige mucho, paga poco y encima es mal educado.
Confiar una y otra vez, en la misma entidad bancaria, que con el préstamo no coloca un seguro, una sartén y 3 comisiones.
Confiar una y otra vez, en el mismo despacho profesional, con el que no consigues hablar que nunca te tiene la contabilidad al día, ni e asesora sobre como contratar o despedir.
Confiar una y otra vez, en que el trabajador fulano o perengano, va a cambiar y a trabajar con empreño o ganas, o va a obtener la formación que necesita para mejorar sin que la empresa se la proporcione.
Confiar una y otra vez, en que los equipos informáticos de la empresa que aún operan con Windows 2000, no se queden colgados.
Confiar una y otra vez, en algún gurú que me diga que sonriendo mucho, voy a vender más en mi página web.
Y es que alguien dijo que «locura es hacer siempre lo mismo esperar resultados distintos».
¿Has visto algo de esto alguna vez?
¿Qué vas a hacer para no verlo en tu empresa?