Hace tiempo escuché, que uno de los grandes problemas del mundo, es que las cosas están hechas para usarlas y las personas para amarlas. Sin embargo, cada día más, la gente usa a las personas y ama a las cosas.
Yo intento evitarlo, por desgracia, no siempre lo consigo, tengo un talón de Aquiles: mis cepillos de dientes.
Una vez que el cepillo ha cumplido su servicio, lo numero y lo archivo en una funda transparente. Marco la fecha de uso y la de su jubilación. A continuación lo pongo en AZ, para, de vez en cuando, poder hojearlos. Allí puedo ver 179 cepillos azules idénticos y lo que es más importante, mi vida a través de cepillos de dientes.
Que la fuerza os acompañe.