Julio es mes de chicharras, de sandalias, de cachitas fardaplayas, de mirar a la vecina del quinto en la piscina y recrearse en sus curvas. De estar enfadado por el calor o por el exceso de trabajo al haber gente de vacaciones. Gente (que no compañeros), que te “wasapean” todo el rato sus cervecitas y su bien vacacionar.
Julio es mes de falta de sueño, ocasionado quien sabe, si por el calor, por el uso y abuso del “terracismo” o por la mayor actividad amatoria que la alta temperatura en todo el cuerpo y la ligereza de ropa siempre trae consigo. Aunque quizá haya quien diga, que lo correcto sería poner el condicional “deberían” en la frase anterior.
Pero dejemos a cada uno mismo, con su mecanismo o con el del prójimo o prójima y volvamos a la falta de sueño. Falta que en ocasiones se corrige con una siestecita, quien sabe si con pijama y orinal (no penséis otra vez en lo único, que ya está bien por hoy) o quién sabe si con la ayuda de la persona que más ha hecho por el sueño en este país desde el doctor Eduard Estivill, como es Pedro Delgado en el Tour de Francia.
Porque Julio, también es el mes del Tour de Francia. Atrás queda la expectación que ocasionaba en la gloriosa época de Miguel Indurain, donde incluso los españoles, éramos capaces de soportar las etapas llanas, sin pestañear no sea que la liara. Y, “dices tú de mili”, como aquella vez con el belga de la ONCE, belga este, que luego pasó a la historia por ser el director de Lance Armstrong.
Lo que va de ayer a hoy. Ahora se mira, con inquietud y también con cierta indiferencia. Han sido tantas las veces que nos han dicho que iban limpios, que se estaba regenerando, que ahora tenemos serias dificultades para creer que el que gane este año (keniata aunque blanco por más señas), no sea desenmascarado en un tiempo como un tramposo, o que termine arrastrado por las carreteras, contando los días para comerse un filete salvador, sin dar el cante con tanto cuento.
Y como estamos hablando de tramposos, Bárcenas sigue tirando de la manta y quien sabe a quién se llevará de calle. Lo que hace falta es que salga todo lo que tenga que salir, que se desemponzoñe la política cueste lo que cueste. Que no haya pacto de ningún tipo al efecto o más “blesas”. Esta sociedad necesita ejemplarizar y que el que la robe, la pague.
Porque sino, ¿cómo le dice uno, a un pobre fontanero, que pese a que está facturando menos que ningún año y que no llega a fin de mes, tiene que pagar el IVA y el Impuesto de Sociedades en este mes de Julio?
Que la fuerza os acompañe.