Este último fin de semana tocó ir a Gandía, para participar en su Media Maratón, dentro de la preparación de Valencia.
La cosa fue “regunlinchy”, llegaba con el objetivo de andar sobre la 1H25M y me fui a 1H28M.
Llegados a este punto, como en todas las cosas a las que uno se enfrenta y más en el ámbito empresarial, toca analizar y buscar el porqué.
- Hice algo que no se debe hacer, llegar la tarde anterior a eso de las 18:00, lo que llevó a una nula aclimatación a la humedad playera y “cuerpecé to entumío”, después de 4 horas de coche conduciendo.
- Llevé el zumo de remolacha en un bote (menos mal que lo metí en una bolsa de plástico hermético), dentro de la maleta. El bote se rompió y al final me tomé la mitad (el resto estaba en la bolsa).
- Hacía mucho viento racheado y no adapté el ritmo a ese viento. Esto es, me fijé el ir a 4M05S por kilómetro y seguí así, hasta que vi, que “la maquinaria” iba a gripar si seguía.
- Soy asmático y no me eché el ventolín antes de arrancar. Con lo que comencé con las toses, desde el minuto 1.
- Como consecuencia de lo anterior, estuve bebiendo bastante hasta arrancar y aunque “desbebí en una palmera”, en el kilómetro 10, tuve que parar a seguir “desbebiemdo”.
Media de Gandía
Seguramente cometería otros 15 errores más, pero esos o no los veo o los conozco todavía.
El caso es repasar, comprobar y con los datos que tienes ver porque te ha salido mal.
Con los procesos y sistemas en las empresas pasa lo mismo.
Mide, analiza, comprueba y retroaliméntate de tus errores, una y otra vez.
Unas veces se gana y otras se aprende.
Que la fuerza te acompañe.
PD: A la vuelta de Gandía paramos a comer en el área de servicio de Venta del Moro.
Como quiera que tuve necesidad de “desbeber”, llegado el caso los urinarios estaban puestos con un pelín de mala uva para aquellos que somos “hobbit”, vamos qué si quería mear, me tenía que poner de puntillas.
Así que opté por pasar a un váter.
En el mismo y pese a que la ingesta de zumo de remolacha no fue completa, “el asunto” salió rosa.
Mira tu por donde, la cadena estaba rota, con lo que allí quedó, hasta que justo detrás de mí pasó el de la limpieza.
El pobre hombre al poco salió medio asustando, diciendo que alguno que había usado un baño, estaba más “pallá que pacá”.
PD2: Perdón por lo escatológico de la anécdota, pero ya sabes que la escatología era una de las armas preferidas del alcarreño de adopción Don Camilo José Cela, que al parecer decía aquello de:
- Me encanta usar los gases que salen de mi cuerpo, para escandalizar a según que personas, es un apena que por los oídos no salga nada sonoro.
PD3: Lo del Ventolín, pudo ser más grave y casi enlaza con la PD1, al llegar a meta, me dio un ataque de asma, que hizo que los de la Cruz Roja estuvieran a mi lado, con esa mirada preguntona de:
- ¿Este tío se va a poner morado y va a amochar aquí mismo? A que nos jode el turno.