Siempre guardo el recuerdo de mi abuelo Pedro trabajando en el taller de carpintería que tenía en casa. Yo pasaba con él los veranos y me acercaba por allí a trastear y porque no decirlo en ocasiones me escondía en uno de los productos estrella de su taller: los ataúdes.
Ya hablaré próximamente de los tipos de productos o servicios (estrella, vaca, perro, etc.). Volvamos a mi abuelo, de vez en cuando me dejaba ayudarle y cuando iba con prisas y quería acabar pronto, siempre me decía lo mismo:
- Hijo mío, haz las cosas bien, que es haciéndolas bien y salen mal, con que si las haces mal.
Viene a esto a cuento porque el domingo pasado corrí la Carrera Popular de Alovera. Una prueba de 10 Kilómetros totalmente llanos, con el objetivo de bajar de 40 minutos. Ya se que nos es el récord del mundo, de hecho, bajar de 40 minutos en un diez mil es una marca modesta y al alcance muchos corredores populares.
Sin embargo, en este domingo yo quería bajar de ese tiempo, casi a principio de temporada, en una semana de entrenamiento normal (cuando preparamos una carrera la semana de entrenamiento es de bajada, esto es menos intensa) e incluso haciendo 75 kilómetros con la bicicleta el sábado luchando contra el aire. Con el añadido de que al final de esa ruta bicicletera, paramos apenas diez minutos a comentar las anécdotas de la ruta, quedándome frío y cogiendo un ligero catarro.
Por si faltaba algo “en esta ensalada”, el sábado era la cena de la CEOE-Cepyme Guadalajara, con lo que te sales de tu rutina de alimentación y te acuestas tarde. Te diré que cuando hablo de rutina de alimentación, no es que tenga una dieta ni nada por el estilo, pero procuro comer de manera saludable. Algo que me gusta acentuar la noche anterior a una prueba, puesto que si esta es por la mañana como es el caso, puedes tener problemas (como así ocurrió), para evacuar antes de la carrera e ir más ligero.
Por si éramos pocos, parió el asfalto, así al pasar el kilómetro 5 de la carrera, me tropecé con un bache, aterrizando sobre el asfalto de manera violenta (como dirían por ahí, me recogieron al segundo bote). Una rasponazo en el codo, una herida en la rodilla y una contusión en las costillas con ligera molestia al respirar, fueron mis nuevos compañeros hasta meta.
Me espabilé de la caída y traté de recuperar mi ritmo, pero a decir verdad me costó más de lo esperado. Resultado final 40 minutos y 5 segundos, había fallado en mi objetivo. No había hecho caso a mi abuelo, había hecho las cosas mal y claro habían salido mal. Creo que, en este caso, en cualquiera de los narrados, uno solo lo hubiera hecho bien, habría conseguido mi objetivo, pero….
Y en tu empresa
¿Cuántas veces se han hecho cosas mal, pretendiendo que el resultado final fuera bueno?
Muchas veces ha sido por desconocimiento, otras porque las cosas se han hecho así toda la vida, otras por no discutir y otras porque tú, que eres el responsable, crees que ya tienes todas las respuestas de tu empresa. Si eso es lo que crees, es posible que no te estés haciendo todas las preguntas.
¿Me dejas que te ayude con esas nuevas preguntas que te pueden hacer mejorar la forma de hacer las cosas en tu empresa y por tanto su resultado final?
Que la fuerza te acompañe.