En esta época del año, España huele a charanga, a procesión y misa mayor, a fuegos artificiales, a toros, encierros, grupos musicales y excesos de todo tipo. Y claro las “mises”.
Las inefables “mises”. En algunos pueblos en un afán de modernidad, en lugar de eliminar tal horterada, en un más difícil todavía, la hacen más gorda, eligiendo también a los “místeres”. No queremos igualdad, pues igualamos por abajo. Como vamos a suprimir un acto tan modélico, tan español y tan propio de las películas de Torrente como la elección de la Reina de las Fiestas con sus damas de honor.
Sin embargo, el olor a ruina, a paro, a rescate, no se nos ha ido de encima. Es como el que se ducha y se pone la misma ropa sudada y cochambrosa: el olor le persigue de una manera impasible.
Así, nuestros pueblos engalanan sus calles, llenándolas de lucecitas y banderines, a la vez que sus Alcaldes desempolvan sus trajes para salir bajo palio al son del himno nacional. Previamente han escarbado entre las telarañas de las cajas de sus Ayuntamientos, buscando la forma y manera de contratar y organizar actos y eventos diversos que serán pagados en el mejor de los casos en tres o cuatro años, aunque para ello haya que echar mano de lo que se viene a denominar contabilidad creativa.
Y Europa acecha y mira esta versión del chocolate del loro, como el que mira a un hijo que no hace más que gastar y gastar. Miedo da lo que puede pensar un alemán que se paseé por cualquiera de nuestros pueblos, con su teutona mentalidad y observe como, pese a los recortes, en muchos casos seguimos gastando sin mesura, puesto que el que pone mesura o la intenta poner, le terminar por “mesurar” el cargo.
Pero más miedo da, pensar en la caída de consumo que trae la subida del IVA. O en el ridículo que se ha hecho a ojos del mundo y sobre todo de los contribuyentes honestos, con la amnistía fiscal. Y más que miedo, vergüenza ajena, ver como se tiran los trastos a la cabeza los ministros, en cuanto que el jefe se descuida y se marcha a su Galicia a meditar y a pensar como nos saca de este lío.
Aunque para lío de verdad, además del caso Armstrong, (del que hablaré largo y tendido un día de estos), las elecciones vascas, con los batasunos encabezando encuestas, con el “estéreo electoral” de las gallegas (me refiero a las elecciones, no me seáis malpensados) de fondo.
Pero para fondo, el del verano que ya está aquí, con el comienzo del curso que será movidito. Pero terminemos primero de disfrutar de nuestras fiestas, que para amargarnos, ya vendrán reuniones del BCE o cumbres europeas, en las que se decidirá nuestro inminente rescate y lo que nos va a pedir a cambio, porque como hemos dicho muchas veces, gratis, no hay nada y el Tío Regala hace mucho que se murió.
Que la fuerza os acompañe.