Motor B29 Licencia wikipedia commons
Cuando Pepe llegó al Centro de Investigación que el Pentágono tenía en mitad del desierto de Nevada, sus nuevos compañeros le miraban con recelo. No era para menos, era el primer ingeniero latino que llegaba allí y su inglés era peor que el de los apaches de los westerns.
Pepe había tratado de integrarse, de hecho “americanizó” su nombre y en lugar de llamarse así cambió su apellido Paredes por Wald, quien sabe si a raíz de una zafia traducción digna del traductor del Google de aquellos tiempos
Sin embargo, no había perdido la costumbre de ausentarse de su puesto de trabajo para ir a correr por el desierto, decía que eso y recitar a Machado le ayudaban en sus proyectos.
Sea como fuere, su grupo de ingeniería recibió un encargo, encargo que gracias a la singularidad de Pepe, cambiaría la forma de afrontar determinadas situaciones y que sin duda fue determinante en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Así les presentaron una silueta de un B29 igual que con otros equipos de ingeniería hicieron con el resto de los aviones que entraban en zonas de combate.
En dicha silueta, estaban marcados los impactos de los disparos del enemigo con una estadística de los mismos.
En ella se podía ver como el fuselaje del avión recibía el doble de impactos que los motores, las alas más disparos que el fuselaje y el sistema de combustible más disparos aún que los motores.
El encargo era claro ¿cómo reforzar el avión adecuadamente sin penalizar su rendimiento?
Sus compañeros comenzaron a elucubrar sobre las distintas formas de hacerlo, pero a Pepe algo no le cuadraba, así que una vez vista la exposición del Ingeniero jefe se marchó a correr.
Cuando estuvo de vuelta, miró con detenimiento los proyectos que estaban iniciando sus compañeros. Sin embargo, Pepe a viva voz, pidió que todos le prestaran atención, incluido el Ingeniero jefe.
- Veo que todos los proyectos que estáis comenzando están tratando de reforzar las zonas que más impactos ha recibido, pero creo que debemos hacer lo contrario, reforzar la zona que tengan menos impactos.
Los murmullos de desaprobación no se hicieron esperar, ya estaba Pepe con otra de las suyas, encima de que se había ido por ahí en lugar de empezar a trabajar, ahora interrumpía a todo el mundo con sus tontunas.
- ¿Qué quieres que derriben los aparatos?
- Al contrario, estos impactos que vemos son de los aviones que regresaron, no de los cayeron cuyos disparos no hemos podido analizar. Por tanto, vemos que los B29 pueden regresar con impactos en estas zonas. Pero nos tenemos que dar cuenta, que en las zonas que no tenemos impactos o son muy pocos, es porque esos aviones fueron al Rinchy.
Ese mismo día, se dio orden a todos los departamentos de ingeniería de reforzar precisamente la zona que parecía que menos debía hacerse.
Meses después un Boeing B-29 Superfortress al que llamaron Enola Gay, fue utilizado para soltar las primeras bombas atómicas un 6 de agosto de hace unos cuantos años.
En algún momento ¿has mirado en tu empresa una forma de afrontar situaciones desde una perspectiva diferente a todas las demás? Si quieres que sea el Pepe de tu B29, ya sabes dónde me tienes.