Aquellas y aquellos de vosotros y vosotras que me leéis de manera habitual (espero que haya más de uno o de una, por eso he usado el plural) sabéis que me gusta enfocar la realidad desde un punto de vista desenfadado, puesto que como decía el Cordobés “más cornás da el hambre”. Pero esta semana sinceramente no me sale.

Y no me sale, porque la oscuridad se cierne sobre nosotros. Si, reconozco que antes del atentado de esta semana ya se había cernido sobro otros puntos y no le habíamos prestado la atención debida. Pero creo que, aunque es igualmente condenable la pérdida de una vida humana en Beirut que en París, no se percibe igual de cercana. Así un residente en El Cairo, no puede percibe de igual modo un atentado producido en el Sinaí que otro que se produzca en Filipinas. En cualquier caso, todas son condenables.

París saliendo de la oscuridad.

París saliendo de la oscuridad.

A raíz de lo ocurrido, he leído y escuchado muchas voces culpabilizando por los hechos ocurridos a tal o cual dirigente europeo o condenando tal o cual acción. Pero en mi humilde opinión, no nos debemos llamar a engaño y debemos tener muy claro que el culpable de un asesinato, siempre es el que mata. Caer en lo contrario es caer en una trampa. Trampa que nos manipula, abusando de nuestra buena fe y que trata de buscar una justificación en lo injustificable.

Por tanto, partiendo siempre de esa premisa, podemos buscar cuales son las causas que han llevado a un grupo o conjunto de individuos a tomar esa acción. Pero repito, no para justificarla, NUNCA tiene justificación una acción tan deplorable.

El objetivo es distinto, la manera de evitar que algo así se pueda volver a repetir, es el estudiar la causas que se han dado para que tal acción tuviera lugar. Así, si hay grupos de población en determinadas regiones que están en un estado de sufrimiento que les lleve a tomar parte en estas acciones, habrá que ayudar a esos grupos. La forma en que se ha de hacer, sinceramente lo desconozco. Hay tener sumo cuidado con el cómo, puesto que hay veces que por eliminar un mal, creamos otros peores. Sin ir más lejos, en esas estamos.

Sin embargo, aunque lo hagamos de la manera adecuada (que repito desconozco cuál es) no será fácil y es bastante probable, que nos vayamos a ver obligados a salir de nuestra zona de confort.

Aunque realmente, después de lo ocurrido, creo que todos nos hemos concienciado de que ya nos ha sacado de la misma. Pero también hemos de tener claro, que cuando el ser humano sale fuera de su zona de confort es cuando experimente el auténtico crecimiento.

Que la fuerza os acompañe.

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