Igual que cada año el verano trae las sandalias con calcetines o los bañadores pantera, el mes de abril, trae las camisetas horteras y los borradores de Hacienda. En teoría, estos están hechos para facilitarnos la vida, sin embargo, como ha pasado en años anteriores, tienen más trampas que los fichajes del Barça.
Nunca debemos olvidar, que al fin y al cabo “los carga el diablo”. Con lo que si uno de nosotros confirmamos nuestro borrador y este tiene un error en nuestra contra, simplemente habremos contribuido, mucho más que nuestro querido Montoro, a la reducción del déficit público. Ahora bien, si el error es a nuestro favor, es más que probable, que la Agencia Tributaria, termine por detectarlo.
En ese caso, nosotros también detectaremos, aunque sea con sofoco, lo que son las paralelas. Y veremos, que son algo más que dos rectas que permanecen siempre a la misma distancia sin cruzarse entre sí y estando en el mismo plano. Visto lo cual, sin comerlo ni beberlo, nos encontraremos, con una sanción con postre (recargo e intereses). Como es normal (o al menos así lo entendemos, aunque quizá no lo sea), no podremos argüir que hemos confirmado lo que la propia Agencia nos envió.
Por tanto, nada mejor que dar un repasito al mencionado borrador, para evitarnos sorpresas desagradables. Y en caso de duda, siempre es mejor acudir a un profesional. Porque aunque sea pagando, terminaremos ahorrando, puesto que los auténticos profesionales, suelen ser expertos en su tranquilidad.
Pero por si acaso, procederemos a dar unos puntos sobre los que debemos poner interés, si no queremos que luego hacienda nos haga poner capital.
Comenzaremos por el asunto de linajes, que diría Don Quijote. Y aunque este aconsejó a Sancho que ahí nunca se metiere, nosotros lo tendremos que hacer de lleno puesto que no siempre vienen los datos correctos. En especial para aquellos que en el último año, hayan tenido hij@s, se hayan casado, separado, perdido a la pareja o se hayan llevado al “abu” a casa.
Para este año, es más preocupante aún si cabe, es el caso de la inversión por vivienda habitual. Puesto que la deducción desapareció, pero solo para aquellos que compraron su vivienda después de enero de 2.013. Con lo que mucho ojo los “cienes y cienes” de españoles que todavía padecen una hipoteca y la firmaron antes de esa fecha.
No estaría de más, revisar las deducciones por aportaciones a planes de pensiones, si las hubiere. También hay que mirar con el rabillo del ojo las subvenciones, puesto que no suelen aparecer, con lo que podemos terminar pagando con creces lo cobrado. Y dado el maremágnum legislativo autonómico, es importante conocer o al menos revisar las particularidades fiscales de nuestra comunidad autónoma, por si no se hubieren tenido en cuenta. Esta cuestión generó controversia en uno de cada cinco borradores del año pasado.
Como hemos visto, una vez sabido no es tanto, puesto que también todos sabemos, que al fin y al cabo “un loco que sabe que está loco, realmente no está tan loco”. Que la fuerza os acompañe.