Blog de Pedro Toledo

Alguien dijo que el fútbol no es cuestión de vida o muerte, sino que es algo mucho más importante que eso. El fútbol, nos enseña muchas lecciones que bien podemos aplicar en nuestras empresas día a día.

Como muestra un botó el despido de Víctor Sánchez del Amo como entrenador del Málaga. Por si no sabes de que va la historia te lo resumiré a grandes rasgos (espero no dejarme nada importante en la gatera).

El entrenador del Málaga había hecho alguna manifestación diciendo que su club y la directiva del mismo (formada por un Jeque árabe y su familia), le habían engañado en la confección de la plantilla.

Justo esa semana, se publica un vídeo del entrenador, vestido solo con la camiseta del club y mostrando a la cámara “todo lo mostrable”. Víctor denuncia a la policía la difusión del vídeo, puesto que, en sus propias palabras, estaba siendo objeto de “acoso y extorsión”. Terminando con la detención de una persona por la difusión del vídeo.

Sin embargo, la entidad suspende temporalmente a Víctor de sus funciones y por boca de su Presidente Abdullah Al Thani, afea la conducta de su entrenador. Su tuit literalmente dice:

«Todavía esperamos saber ¿quién es la persona que siempre miente? Él no quiere admitir el error. Una sola vez dijo la verdad ¿Tú crees que te ayudará mentir siempre a todo el mundo? Sé fuerte y di haber cometido un error».

Acto seguido, el Club despide al técnico aduciendo en un comunicado que lo hace por causas disciplinarias “por los graves daños causados por las recientes eventos extra-deportivos”. Recordaré aquí, que cuando se produce un despido causas disciplinarias, no conlleva el pago de ninguna indemnización.

¿Cuál crees que será el resultado final de este culebrón laboral-futbolero?

Si me preguntaras a mí, te diría, que pese a no tener la bola de cristal de la Bruja Avería estaría más tranquilo si fuera el trabajador-entrenador el que me encargara el caso que si lo fuera la empresa-club.

A bote pronto, podemos tener una vulneración al derecho de la tutela judicial efectiva del trabajador, en tanto en cuanto se puede entender que el club aprovecha la excusa del vídeo, para echar a un trabajador que ha cuestionado la dirección del club (art. 24.1 de la constitución, 96.1 y 108.2 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, 17 y 55.5 del Estatuto de los Trabajadores y Convenio 158 de la OIT).

Por otro lado, la empresa podría tener como prueba un vídeo que se ha difundida ilegalmente y grabado en la más absoluta intimidad. Por lo que dicha prueba sería ilícita (art. 11.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 90.2 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social).

Y si llegados a juicio el despido pasa los “dos filtros” anteriores, deberíamos entrar a valorar si realmente lo acaecido daña la imagen del club. Hemos de tener en cuenta que lleva la camiseta del club puesta y es el entrenador del mismo, pero no sabemos si el vídeo se grabó en su jornada laboral y en las instalaciones de la empresa. Así mismo también hemos de tener en cuenta si ha mediado dolo (no creo que él buscara precisamente su difusión) o negligencia grave (tampoco lo parece en tanto hay indicios de que su móvil fue hackeado).

Por tanto, como decía antes, creo que al final el Málaga C.F. tendrá que rascarse el bolsillo e indemnizar al señor Sánchez del Amo, puesto que todo terminará con un despido nulo o en su defecto improcedente.

Por tanto, si tienes problemas con algún trabajador en tu empresa, mi consejo es que antes de hacer un “Abdullah Al Thani”, te pongas en contacto con tu abogado laboralista para ver que puedes o no hacer.

Recibe un cordial saludo y que la fuerza te acompañe.