El miedo es libre y cada uno coge el que quiere.
Se esperaba con temor el momento del parto, era una cesárea programada y asistida desde Bruselas. Pero al final el Gobierno parió los presupuestos. Pese a que no dejan de ponernos anestesia, el parto vino acompañado de dolor y de sangre. Lo del sudor y las lágrimas, quedó para los ciudadanos de a pie, que somos los que hemos de soportar, sostener, aguantar y mantener al bicho.

Y que conste, que por mucho que se diga, manifieste o mejor se indique, (que manifestarse de aquí a cuatro días va a estar medio prohibido), poco hubieren cambiado si el Gobierno fuere de otro color. No hemos de olvidar que los recortes, comenzaron en mayo de 2010, bajo el talante y desgobierno de ZP.

Pero, no volvamos la vista atrás (que uno recuerda, los planes E, los 2.500 por alumbramiento los 400 “a dominí» y se le abren las carnes), sino hacia adelante, hacia lo que presupuesta, presupone y predispone, ese ladrillo que soltó Don Cristóbal y que  como  todos los que hemos tenido desde 2008, son increíbles y provisionales. Ni quien los ha hecho se los cree y hasta quien nos los conoce sabe que serán reformados, rectificados y reescritos cuatro o cinco veces. La primera de ellas con ‘El Rescate’.

Si ‘El Rescate’, “ya está aquí, ya llegó, Trina piña colaaaaadaa, del Caribe la traigo yo…». Y como decía, ese ochentero anuncio, trae mucha piña y poco hielo. Poco hielo, porque no hay un chavo y mucha piña en forma de condiciones, exigencias e imposiciones, que aquí anticipamos el pasado mes de mayo.

A saber, por un lado reformas en las pensiones. Se trata de retrasar la edad de jubilación y reformar el cálculo, para buscarle las vueltas para que la gente cobre menos, porque el sistema según está montado ES INSOSTENIBLE.

Por otro lado, la prestación por desempleo. Se pretende que aquel que rechace un trabajo a partir del segundo o tercer mes cobrando la prestación, independientemente del nivel del salario o de la categoría del empleo, pierda su prestación. Con lo que podríamos ver a un urólogo, haciendo un tacto rectal a un cochinillo, al estar contratado de pinche de cocina por horas en un restaurante.

Las reformas impositivas se dejarán para más adelante (un par de puntitos más en el IVA, impuestos especiales, etc.). Seguramente, para mayo o junio, cuando la situación vuelva a empeorar. Y con respecto a la paga “devuelta» a los funcionarios en un acto magnánimo, yo diría que mejor que no cuenten con ella y que por si las moscas, tampoco con la de junio. Pero no solo los funcionarios, si no los pensionistas y puede que al resto de trabajadores, puesto que así empezó nuestro vecino portugués y miren cómo le va en el asunto.

Y para nosotros, para los de a pie, además del miedo ya descrito, la receta pasa por, el ajo, el agua y el fútbol. Receta esta que tenía patentada el franquismo, pero que poco a poco va resucitando. Como me temo que resucitarán los grises como esto siga así, aunque más miedo me da que resucite alguien más, solo nos faltaría  un “salvapatrias» invocando la unidad o alguna cantinela similar. 

Que la fuerza os acompañe.