Su estancia en mi casa tocaba a su fin, para mí era un honor que una persona tan sabia y tan docta, se hubiera dignado a venir a verme a Guadalajara, para que le enseñase a jugar al mus. Pese a que era norteamericano y residía en los Estados Unidos, Sean había nacido en Belfast, por lo que no me resistí a preguntarle por el Brexit.
– Mira Pedro, te voy a contestar con una anécdota que me contó mi padre – Para quien no lo sepa, diré que Sean además de tener una columna en el New York Times y ser el autor de varios best-seller, es hijo del mismísimo Stephen Covey.
– Me parece genial.
– Como veo, usas gafas, por algún problema en la vista, con lo que de vez en cuando acudirás al oculista.
– Cierto es Sean.
– Pues bien, un día llegas, te revisa la vista, se quita sus gafas y te las entrega: “Pedro ponte éstas —te dice—. Yo he usado este par de gafas durante diez años y realmente me han sido muy útiles. Tengo otro par en casa; quédate con éste”.
– Tú en ese momento, te pondrías las gafas y como decís los españoles no verías “ni torta”. El oculista te dice “¿Por qué no te sirven? A mí me han dado un resultado excelente. Pon algo más de empeño.” Pones más empeño y ¿qué pasa?
– Que sigo sin ver.
El Brexit
– Exacto, en ese momento el oculista te dice “Pero bueno ¿qué pasa contigo? Piensa positivamente”. Aunque sea positivamente no ves nada y pese a ello el oculista se enfada “¡Vaya ingratitud! Después de todo, ¡lo único que pretendía era ayudarte y que te ahorras algo de dinero en otro par de gafas!”
– Muchas veces creemos qué dando una pincelada o un consejo con buena voluntad, es más que suficiente para arreglar algo. Pues lo mismo ha ocurrido con el Brexit, los políticos ingleses creían que con un referéndum era suficiente para arreglar el problema y lo estropearon más. Es parecido a lo de esta ciudad, los políticos españoles, creen que para Guadalajara con coger “la ola de Madrid” es más que suficiente y sin embargo hace falta algo más.
– ¿Qué sería para ti ese algo más?
– Pues ahora me voy a saltar lo que te he dicho y te dar un consejo maravilloso. Guadalajara debe aprovechar el Brexit para convertirse en un centro financiero atrayendo aquí a la City londinense.
Y es qué bien pensando, que “wapo” sería ver la ciudad llena de rascacielos de cristal, con sus financieros, su glamur, sus “fiestukis”, su dinero, sus cochazos y sus “todo”.
Como pasaríamos a ser Guadalajara City, voy a intentar comprenderlo a ver si me va a pasar como con las gafas. Que la fuerza te acompañe.